Famosa por el aceite de oliva virgen extra y rodeada por un infinito mar de olivos, Jaén es una ciudad que cautiva por su autenticidad y su riqueza histórica. En su casco antiguo, aún se respira la huella de las tres culturas —cristiana, judía y musulmana— que convivieron durante siglos y moldearon su alma. Calles estrechas que evocan la Edad Media, rincones llenos de encanto e imponentes monumentos convierten a esta ciudad andaluza en una parada imprescindible.
Por todo esto —y mucho más— te traemos una selección de los mejores lugares que ver en Jaén. ¿Listo para descubrir el patrimonio histórico de Jaén?
1. Castillo de Santa Catalina y Mirador de la Cruz
Comenzamos por las alturas. Subir al Castillo de Santa Catalina no solo es adentrarte en siglos de historia, es también la mejor forma de contemplar Jaén en todo su esplendor. Desde el Mirador de la Cruz, tendrás una vista panorámica única: la Catedral se impone sobre el casco antiguo, rodeada por el infinito mar de olivos.
El castillo, de origen islámico y reformado tras la conquista cristiana, aún conserva su muralla, torres y un interesante centro de interpretación que te ayudará a entender el pasado defensivo de la ciudad.
Horario de visita al castillo: de lunes a sábado de 10h a 18h; los meses de julio, agosto y septiembre de 10h a 14h y 17h a 21h. Domingos de 10h a 15h.
📍 Consejo: Si puedes, acércate al atardecer. La luz dorada sobre la ciudad es simplemente mágica.
2. Basílica Menor de San Ildefonso
Un templo con siglos de historia y con gran valor sentimental para los jiennenses. Según la tradición, aquí se produjo la aparición de la Virgen en 1430, lo que impulsó la construcción del santuario original.
Hoy, la Basílica de San Ildefonso es un edificio de gran belleza, con elementos góticos, renacentistas y barrocos. En su interior descansan los restos de Andrés de Vandelvira, el arquitecto responsable de la Catedral y otras grandes joyas del Renacimiento andaluz.
3. Catedral de la Asunción
Es imposible hablar de Jaén sin mencionar su Catedral. Considerada una obra maestra del Renacimiento español, fue diseñada por Vandelvira y se convirtió en modelo para otras catedrales en España y América.
Su fachada barroca es imponente, y en el interior encontrarás joyas como el coro, la sacristía o la Capilla Mayor, que guarda el Santo Rostro, una reliquia venerada que según la tradición sirvió para secar el rostro de Cristo camino del Calvario.
🕒 Horario de visita: de lunes a viernes de 10h a 14h y de 17h a 20h, sábado de 10h a 14h y de 17h a 18:30h y Domingo de 10h a 11:30h.
4. Palacio del Condestable Iranzo
Uno de los pocos ejemplos de arquitectura mudéjar que sobreviven en Jaén. El Palacio del Condestable Iranzo alberga un espectacular salón con artesonado de madera que te dejará con la boca abierta.
A pocos pasos se encuentra el pintoresco Teatro Darymelia y el Arco de San Lorenzo, un vestigio gótico que conserva elementos mudéjares en su interior.
Todo este entorno combina historia, arte y tradición con un aire muy auténtico.
5. Refugio Antiaéreo de la Guerra Civil
Una de las experiencias más impactantes en Jaén es visitar el Refugio Antiaéreo de la Plaza Santiago. Construido tras los bombardeos sufridos por la ciudad en 1937, este lugar recuperado nos recuerda las consecuencias de la guerra y rinde homenaje a las víctimas.
🕒 Horario: Visitas de jueves a domingo por la mañana. Un espacio de memoria y reflexión que no deja indiferente.
6. Baños Árabes y Judería
En el Palacio de Villardompardo se encuentran los Baños Árabes más grandes y mejor conservados de Europa. Una joya arquitectónica que combina funcionalidad e historia. Arcos de herradura, bóvedas con luceras en forma de estrella y un ambiente que te transporta al Al-Ándalus.
De martes a sábado y festivos: 9.00 a 21.00h. Domingos: 9.00 a 15.00h
Tras la visita, no te pierdas un paseo por el Barrio de Santa Cruz, la antigua judería. Calles estrechas, rincones con encanto, la Iglesia de San Andrés (antigua sinagoga) y el Callejón del Gato son algunos de sus tesoros.
7. Barrio de la Magdalena y el Lagarto
La fuente del Lagarto de la Magdalena es una parada obligada para conocer una de las leyendas más famosas de la ciudad. Este mítico reptil es símbolo de Jaén y su historia ha pasado de generación en generación.
Muy cerca está la Iglesia de la Magdalena, construida sobre una antigua mezquita, y el Antiguo Hospital de San Juan de Dios, que conserva un bonito patio renacentista.
8. Museo Íbero
Terminamos nuestra ruta con una visita al Museo Íbero, un espacio único que alberga la colección de arte ibérico más importante del mundo. Esculturas, cerámica, joyas y todo tipo de objetos que narran la historia de una civilización que floreció en esta tierra mucho antes de los romanos.
🕒 Horario: Abre de martes a sábado. Ideal para familias, amantes de la historia y curiosos en general.
9. Camarín de Jesús e Iglesia de San José
El Camarín de Jesús y la Iglesia de San José son los únicos restos que quedan del antiguo Convento de San José.
La iglesia ha sido recientemente restaurada y es una de las paradas entre los monumentos más importantes que ver en Jaén. Tiene una fachada carmelitana con hornacina y es sede del camarín de Jesús y de la capilla que fueron tallados en el siglo XVII para custodiar la famosa figura de Nuestro Padre Jesús Nazareno, popularmente conocido como El Abuelo, que procesiona la madrugada del Viernes Santo. Destaca la bonita escultura de San José en su fachada, obra de Paco Tito.
La entrada es gratuita. Horario de lunes a sábado de 9 a 13h y de 18 a 20.30h y domingos y festivos de 10 a 13h.

Lugares que ver cerca de Jaén
Inevitablemente, el viaje a Jaén conlleva una visita a Úbeda y Baeza dos de las poblaciones más bonitas de Andalucía, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que te recomiendo no perderte. Para visitar estas dos ciudades te dejamos este artículo con algunos monumentos que no puedes perderte en tu visita a Úbeda y Baeza.
¿Cuándo visitar Jaén?
Las mejores épocas para viajar a Jaén son primavera y otoño, cuando el clima es más suave y los paisajes lucen espectaculares. Evita el verano si no llevas bien el calor, aunque las noches de tapas en las terrazas siempre merecen la pena.
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