La estancia de Antonio Machado en Baeza marcó profundamente su vida y su obra, convirtiendo esta ciudad jiennense Patrimonio de la Humanidad en un lugar imprescindible para entender al gran poeta español.
Se trata de una de las rutas que no puedes perderte si visitas Baeza, donde descubrirás los lugares e hitos más importantes de Antonio Machado en Baeza. ¿Nos acompañas a descubrirla?
Antonio Machado en Baeza: un refugio para la creación
Machado llegó a Baeza en 1912 tras la muerte de su esposa, Leonor Izquierdo, buscando consuelo en un entorno que, aunque solitario, le ofreció una fuente inagotable de inspiración.
Durante los siete años que vivió en Baeza ejerció como profesor de Gramática Francesa en la Antigua Universidad de Baeza. Este lugar, que aún conserva el aula intacta donde impartía clases, es hoy una parada obligada para quienes desean conocer más sobre su figura. El mobiliario original y los documentos expuestos permiten imaginar al poeta trabajando y enseñando en un ambiente cargado de historia.
En la misma universidad encontrarás el Centro Expositivo Antonio Machado con un recorrido interactivo por su vida y su obra, con recursos audiovisuales, fotografías y material didáctico original de la época. Visitar este espacio es adentrarse en la mente de un poeta que supo convertir el dolor en versos inmortales.
Baeza: inspiración para su poesía
Los paisajes de Baeza dejaron una huella indeleble en la obra del poeta. Sus paseos por el entorno natural y las murallas de la ciudad se reflejan en los versos de Campos de Castilla, una de sus obras más emblemáticas. En ella, Baeza no es solo un escenario, sino un símbolo de la introspección y la contemplación del alma.
«¡Campo de Baeza,
soñaré contigo
cuando no te vea!»
Además de Campos de Castilla, durante su estancia en la ciudad, Antonio Machado publicó otras obras como Páginas escogidas y Poesías completas, consolidando su lugar como una de las voces más relevantes de la poesía española.
Semana Machadiana: celebrando el legado de Antonio Machado en Baeza
Cada mes de febrero, Baeza rinde homenaje a su poeta más ilustre con la Semana Machadiana, un evento cultural que revive su legado. Entre las actividades más destacadas está el Paseo Machadiano, una ruta que recorre los lugares emblemáticos que Machado frecuentaba, como la desaparecida Farmacia de Adolfo Almazán en la calle San Francisco, donde participaba en tertulias, o el Paseo de las Murallas, que hoy lleva su nombre.
Este paseo, situado junto al cerro del Alcázar, ofrece unas vistas espectaculares del mar de olivos que tanto inspiraron al poeta. Allí también se encuentra el Monumento a Antonio Machado, un busto enclavado en un cubo de piedra que recuerda al caminante incansable que fue.
Otro lugar significativo es el Casino de Artesanos, donde en 1916 Antonio Machado conoció a Federico García Lorca. Frente al edificio, hoy conocido como Nuevo Casino, una escultura del poeta sentado en un banco simboliza este encuentro histórico para la literatura española.
Antonio Machado y Torreperogil
Por último, no podíamos terminar este artículo sin mencionar que Antonio Machado también dejó una huella especial en Torreperogil a través de su poesía. Su mención a esta localidad jiennense forma parte de su legado literario:
«¡Torreperogil!
¡Quién fuera una torre, torre del campo
del Guadalquivir!»
En honor a esta mención, la localidad cuenta con un monumento dedicado a Antonio Machado. Se encuentra al principio de la Calle España, en un punto visible para quienes recorren la Nacional 322. Situado junto a la conocida Fuente de la Rotonda, este homenaje está compuesto por una imponente columna de hormigón y un busto del poeta, adosado a un muro donde se exhibe una frase en la que Machado rinde tributo a Torreperogil.
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